Es el local del fabricantes de excelentes varitas desde el año 382 A.C., el cual tiene un polvoriento escaparate con un sencillo cojín desteñido de color púrpura con una única varita. Al entrar suena una campanilla. Es un lugar pequeño y vacío, salvo por una silla larguirucha. Tiene miles de estrechas cajas amontonadas cuidadosamente hasta el techo. El Sr. Ollivander, dueño del establecimiento, sólo fabrica varitas con tres tipos de núcleo: pluma de fénix, pelo de unicornio, y nervio de corazón de dragón. Se le considera el mejor fabricante de varitas que se conoce actualmente.